Bignone : 25 años de condena y en cárcel común

Bignone sustentó accionar genocida antes de la lectura del fallo

El último presidente de facto de la Junta Militar, Reynaldo Bignone, afirmó hoy que "la lucha contra el terrorismo en los ´60 y en los ´70 se trató de una guerra" contra integrantes de "grupos subversivos que no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas", al defender lo actuado durante la represión ilegal. El veredicto se dará a conocer a las 16.30.

El último presidente de facto de la dictadura militar, Reynaldo Bignone, afirmo hoy que en la década del ’70 hubo una "guerra irregular" en la cual las Fuerzas Armadas "tuvieron que intervenir en la lucha para derrocar al terrorismo" cumpliendo "ordenes indiscutibles" emanadas de un gobierno democrático, en sus últimas palabras ante el tribunal que lo juzga por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo.

"Que fue una guerra nadie puede ponerlo en duda", dijo Bignone al sentarse frente al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín para leer durante 40 minutos un escrito, por el que fue silbado y provocó alguna risa irónica cuando cuestionó la existencia de 30 mil desaparecidos y los casos de robos de bebes nacidos de madres secuestradas en centros clandestinos de detención.

En ese sentido, señaló que "se machaca con la cifra de 30 mil desaparecidos y hasta una jueza de la Corte (por Carmen Argibay) figura en un listado, a esa cifra la dejaron asentada como verdad incontrastable y nunca se demostró más de ocho mil y se barajan 500 robos de bebes pero no llegan a los treinta y ninguno cometido por personal militar".

Además, "se nos tilda de represores y genocidas, en principio el termino represión no es descalificante, la autoridad tiene el deber de reprimir los delitos de cualquier tipo y lo de genocida no resiste el menor análisis porque lo ocurrido en nuestro país no se ajusta en lo más mínimo a la definición internacional del delito de genocidio, solo voceros del odio pueden sostener esto".

Al igual que quien lo precedió en la palabra, el también juzgado Santiago Omar Riveros, Bignone se hizo responsable por todas las ordenes impartidas a sus subordinados, aseguro que todas fueron "legitimas" y recordó que en la justicia militar existía hasta la pena de muerte para la desobediencia.

La sentencia, contra los siete acusados, todos mayores de 80 años, se conocerá después de las 16.30, aunque según coincidieron todos hoy en sus ultimas palabras se consideran "condenados de antemano" y lo único que resta es la "graduación de la pena".

Sentado de cara a los jueces y de espaldas a las pancartas levantadas con fotos de victimas de la dictadura enarboladas por militantes y familiares que ocuparon el polideportivo de la sociedad de fomento José Hernández en la localidad bonaerense de Florida, el dictador sostuvo que "se insiste por distintos medios que se trataba de jóvenes idealistas, esto es una tergiversación de la realidad. Existían clandestinas organizaciones terroristas cuyos integrantes no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas".

Este será el primer veredicto contra el último presidente de la dictadura, quien esta procesado con prisión preventiva y cumple arresto en la cárcel de Marcos Paz en otra causa por robo de bebes.

Riveros, ex comandante de Institutos Militares, abrió la audiencia para durante una hora hacer uso de la última palabra, en la que llamó a los jueces a dictar veredicto "con el pensamiento puesto en este año de Bicentenario, propicio para la unión y la paz de todos los argentinos".

De los demás imputados solo Eugenio Perello hablo ante el tribunal en un discurso que se interrumpió cuando el anciano detenido perdió el hilo de lo que leía.

Otro detenido, Jorge García pronunció sus últimas palabras anteayer en forma privada, en las que desconoció la autoridad del tribunal para juzgarlo.

El Tribunal de San Martín condenó a Reinaldo Bignone a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo durante la dictadura y le revocó la prisión domiciliaria. Junto al dictador fueron sentenciados otros cinco represores. Todos deberán cumplir la condena en una cárcel común.


Bignone, el único que no había sido juzgado hasta ahora, fue condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo hace más de tres décadas, cuando era subjefe de esa guarnición.

El militar, de 82 años, fue encontrado coautor penalmente responsable por 11 allanamientos ilegales, 6 robos, 15 privaciones ilegales de libertad, 29 desapariciones y 38 casos de tormento, un número pequeño -aunque suficiente- de los casi 5 mil detenidos ilegales que pasaron por el lugar.

Igual condena alcanzó a su superior, el entonces Comandante de Institutos Militares, general retirado Santiago Omar Rivero, y al que fuera su jefe Inteligencia, general Fernando Ezequiel Verplaetsen.

Al cabo de cinco meses y medio de juicio oral y público, el veredicto de Tribunal Oral Federal 1 de San Martín fue leído sin la presencia de los acusados, que optaron por no estar en una sala de audiencias colmada por medio millar de personas y medios de prensa locales y extranjeros.

El público aclamó el veredicto y en especial la resolución judicial que canceló las prisiones domiciliarias de varios acusados, entre ellos Bignone, y ordenó cumplir las penas en un establecimiento del Sistema Penitenciario Federal.

Entre el público, rodeados de pancartas con los rostros de las víctimas, estaban el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, la presidente Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; Angela Boitano (Familiares), José Schulman (Liga), familiares de las víctimas, incluida la ex ministra de Economía, Felisa Miceli.

Los jueces Marta Isabel Milloc, Héctor Sagretti y Daniel Alberto Cisneros condenaron también al general Jorge Osvaldo García, entonces jefe de la Escuela de Infantería, y Carlos Alberto Tepedino, jefe del batallón de inteligencia 601 del Estado Mayor General del Ejercito, a 18 años de prisión.

En tanto, Eugenio Guañabens Perelló, ex Director de la Escuela de Servicios para Apoyo de Combate "General Lemos", fue condenado a 17 años de prisión, mientras el único absuelto del caso fue el comisario bonaerense Germán Montenegro.

Riveros, Verplaestsen y García ya habían sido condenados el año pasado a penas de prisión perpetua, 25 años y 18 respectivamente, en el primer juicio por crímenes en Campo de Mayo en el que se ventiló el asesinato del adolescente comunista Floreal Avellaneda, y ya están detenidos en el penal de Marcos Paz..

Un sexto general imputado, el director de la Escuela de Ingenieros, Eduardo Alfredo Espósito, fue declarado inimputable y no fue enjuiciado a raíz de su deterioro psicofísico.

A Bignone aún le resta responder ante la justicia por la desaparición de un médico y un enfermero y la detención ilegal y torturas a unos 40 empleados el Policlínico Posadas de Haedo, cuya ocupación militar comandó en marzo del 76, causa ya elevada juicio oral.

Otro juicio pendiente es por la desaparición de dos conscriptos en el Colegio Militar de la Nación, hecho por el cual el entonces presidente Néstor Kirchner ordenó descolgar su cuadro de la galería de ex directores el 24 de marzo de 2004.

1 comentario:

Ana Risso Solanas Perez Feijó de Pometti dijo...

en mi blogger publique una canción denominada "videla y sus muchachos",este juicio debe ser la continuacion de otros, porque muchos fueron los civiles que los apoyaron y aún andan entre nosotros impunemente,la justicia debe aplicarse para todos por igual sin privilegios,asi lo dice el art. 15 de CNac.ana risso
ver blog murga los reyes de billinghurst(varios comentarios y videos)