Se inicia el tramo más importante por los crímenes cometidos en la ESMA durante la dictadura genocida. 68 represores imputados por los casos de 789 víctimas, con más de 800 testigos. Haber llegado a este punto es consecuencia de la lucha de las organizaciones populares y organismos de derechos humanos que no se han resignado. Los mismos, han transitado tramos menores con igual convicción y compromiso, y sin minimizar el impacto de ver a 68 represores sentados en los banquillos, no hace olvidar que en la ESMA actuaron cientos de represores y fueron desaparecidos casi 5000 compañeros; que por intricados e interesados vericuetos judiciales y procesales, la causa sobre el campo de concentración con mayor cantidad de pruebas, se desguazó durante años en expedientes menores, con represores en cárceles de lujo o en dependencias de la propia fuerza, o en sus domicilios, y llegar hasta el envenenamiento del prefecto Febres en la sede de la Prefectura de Tigre, el 28 de noviembre de 2009.
Este recorrido que se inicia es de gran trascendencia, por lo que toman fuerza las mismas exigencias que desde hace más de 28 años, incrementadas sí por el hecho que los genocidas que disfrutaron de la más absoluta impunidad durante gobiernos constitucionales, continuaron en la represión a las protestas y reclamos populares, protegidos en empresas multinacionales en las que eran socios privilegiados, enquistados en diferentes estamentos estatales, o persistiendo en su actividad criminal, como lo demostraron con el secuestro y desaparición de Jorge Julio López.
Como en otros sitios que funcionaron centros clandestinos de detención y exterminio, el edificio de la ESMA constituye en sí mismo una evidencia material que testimonia la implementación de prácticas sociales genocidas en Argentina de 1976 a 1983; y se ha manifestado una contundente oposición al uso de las instalaciones de la ESMA, para todo tipo de actividades que no sea la preservación absoluta de todos los componentes probatorios, y la protección de cada elemento de la memoria; y que asimismo no es patrimonio de ningún partido ni organización, y no puede alivianarse ni banalizarse con dinámicas ajenas a la lucha y resistencia de los miles de compañeros que allí estuvieron secuestrados; la ESMA es el escenario dónde se cometieron los crímenes que hoy se juzgan.
Hay, indudablemente, un empeño de justicia reforzado, reconstruyendo memoria y desconstruyendo impunidad, exigiendo sin más dilaciones, la apertura de la totalidad de los archivos de la dictadura, que son el códice maldito de la verdad del paradero de los 400 hijos y de los 30.000 compañeros que nos faltan.
El mejor homenaje a todos y cada uno de los detenidos-desaparecidos es seguir exigiendo prisión perpetua y efectiva en cárcel común para todos y cada uno de los responsables y cómplices del genocidio; exigiendo que se juzgue a la totalidad de los genocidas que actuaron en la ESMA por la totalidad de los crímenes cometidos, cumpliendo en cárcel común la condena que se merecen, cadena perpetua por el delito cometido, el de genocidio.
Casapueblos - 26 de noviembre 2012