por Pablo Gabriel Salinas *
El ex preso en el D2 de Mendoza Fernando Rule declaró el jueves 25 de noviembre de 2010 y manifestó ante el tribunal lo siguiente: “El terror es la impotencia de saber que pueden hacer con uno lo que quieren no sólo físicamente sino humillar y la violación sexual la usaron para humillarnos. Hacerme saber que estaban violando a mi mujer a un metro y medio de la puerta de mi celda era para humillarme, era para que yo escuchara, al punto que uno de esos días me hacen tocarla para ver que estaba colgada o atada, desnuda absolutamente, y juegan y hacen obscenidades y las relatan. Y esas violaciones ocurrían muchas veces, yo no sé si la literatura obscena las contempla, hablo de 10, 15 veces por día, las violaban cada media hora. Yo quiero decir que no hay quien se salve de la responsabilidad de las violaciones. Si el jefe del D2 dice que eran unas 70 personas y si consideramos que trabajaban 24 x 48 hs y un tercio de ellos que son 25, para violar a 4 o 5 mujeres tienen que intervenir todos, para violar cada media hora durante tantos días tienen que ser todos, desde el que prepara el mate hasta el jefe. Incluyendo al supuesto juez que entró un día, incluyendo al cura que me fue a ver que no sé si es cura. Todos ellos sabían, observaban y miraban, aun las policías mujeres. Parece que a la noche se relajaban un poco, los policías tomaban o comían unas pizzas. Parece que un policía se propasó con una policía y le dijo ‘si querés tocarle el culo a alguien andá a violar una presa’ y vinieron muchas violaciones”.
Es curioso que nadie habla de las violaciones sexuales a las que fueron sometidas nuestras compañeras detenidas secuestradas, algunas asesinadas integrando la lista de desaparecidas y otras sobrevivientes al horror.
Nuestros jueces y fiscales no investigan esas violaciones y nuestro sistema legal mira para otro lado, cómo es posible esto, con teorías jurídicas absurdas que llaman al hecho, hecho de mano propia y sostienen que no es posible investigarlo porque no se puede averiguar quién fue el violador.
Pero la violación sexual fue tan sistemática como la tortura y el asesinato y desaparición forzada porque cumplía el mismo rol de humillar al oponente, violar a su mujer a escasos metros, hechos que de tan terribles no se pueden pronunciar y que en la historia argentina no reconocen antecedentes inmediatos.
Cuando Fernando Rule terminó de declarar, los abogados querellantes pedimos que se remita compulsa a la Fiscalía y que se investiguen los hechos de violaciones sexuales ocurridos en el D2 de Mendoza con las fotos de todos quienes “prestaban servicios” allí entre los años 1976-1983 para que las víctimas puedan compulsar las fotos y posiblemente reconocer a sus victimarios, este delito no sería de instancia privada ya que formaron parte del ataque generalizado a la población civil y constituye “crímenes contra la humanidad” conforme la definición de Nüremberg y luego sostenida por la Corte Interamericana en los casos “Chumbipuma Aguirre vs. Perú”, (Barrios Altos), o el caso “Almonacid Arellano vs. Chile”.
No deja de sorprenderme que ningún medio nacional haya dicho una palabra sobre las declaraciones de Fernando Rule y del ataque de género que sufrieron nuestras compañeras, no sólo porque el tema de la problemática de género viene siendo abordado en distintas investigaciones, sino porque es un tema que hoy se investiga y trabaja muchísimo.
Pero cuál será la impronta de dolor y de sufrimiento que produce saber que no sólo torturaron y asesinaron, sino que violaron en forma sistemática, que humillaron a toda una generación de jóvenes a los cuales destruyeron en nombre de la “moral occidental y cristiana”, en nombre de la “fe”, apoyados por la Iglesia institución y con la cobertura y los sueldos de las fuerzas armadas y de seguridad, seguramente estos violadores son excelentes padres, abuelitos lindos y reconocidos por sus familiares escondiendo y guardando muy dentro las atrocidades que cometieron.
Pero, al fin, la verdad empieza a salir a la luz y tenemos que enfrentarla como sociedad para que esto no ocurra “nunca mas”.
* Abogado querellante en el juicio contra represores en Mendoza.
El ex preso en el D2 de Mendoza Fernando Rule declaró el jueves 25 de noviembre de 2010 y manifestó ante el tribunal lo siguiente: “El terror es la impotencia de saber que pueden hacer con uno lo que quieren no sólo físicamente sino humillar y la violación sexual la usaron para humillarnos. Hacerme saber que estaban violando a mi mujer a un metro y medio de la puerta de mi celda era para humillarme, era para que yo escuchara, al punto que uno de esos días me hacen tocarla para ver que estaba colgada o atada, desnuda absolutamente, y juegan y hacen obscenidades y las relatan. Y esas violaciones ocurrían muchas veces, yo no sé si la literatura obscena las contempla, hablo de 10, 15 veces por día, las violaban cada media hora. Yo quiero decir que no hay quien se salve de la responsabilidad de las violaciones. Si el jefe del D2 dice que eran unas 70 personas y si consideramos que trabajaban 24 x 48 hs y un tercio de ellos que son 25, para violar a 4 o 5 mujeres tienen que intervenir todos, para violar cada media hora durante tantos días tienen que ser todos, desde el que prepara el mate hasta el jefe. Incluyendo al supuesto juez que entró un día, incluyendo al cura que me fue a ver que no sé si es cura. Todos ellos sabían, observaban y miraban, aun las policías mujeres. Parece que a la noche se relajaban un poco, los policías tomaban o comían unas pizzas. Parece que un policía se propasó con una policía y le dijo ‘si querés tocarle el culo a alguien andá a violar una presa’ y vinieron muchas violaciones”.
Es curioso que nadie habla de las violaciones sexuales a las que fueron sometidas nuestras compañeras detenidas secuestradas, algunas asesinadas integrando la lista de desaparecidas y otras sobrevivientes al horror.
Nuestros jueces y fiscales no investigan esas violaciones y nuestro sistema legal mira para otro lado, cómo es posible esto, con teorías jurídicas absurdas que llaman al hecho, hecho de mano propia y sostienen que no es posible investigarlo porque no se puede averiguar quién fue el violador.
Pero la violación sexual fue tan sistemática como la tortura y el asesinato y desaparición forzada porque cumplía el mismo rol de humillar al oponente, violar a su mujer a escasos metros, hechos que de tan terribles no se pueden pronunciar y que en la historia argentina no reconocen antecedentes inmediatos.
Cuando Fernando Rule terminó de declarar, los abogados querellantes pedimos que se remita compulsa a la Fiscalía y que se investiguen los hechos de violaciones sexuales ocurridos en el D2 de Mendoza con las fotos de todos quienes “prestaban servicios” allí entre los años 1976-1983 para que las víctimas puedan compulsar las fotos y posiblemente reconocer a sus victimarios, este delito no sería de instancia privada ya que formaron parte del ataque generalizado a la población civil y constituye “crímenes contra la humanidad” conforme la definición de Nüremberg y luego sostenida por la Corte Interamericana en los casos “Chumbipuma Aguirre vs. Perú”, (Barrios Altos), o el caso “Almonacid Arellano vs. Chile”.
No deja de sorprenderme que ningún medio nacional haya dicho una palabra sobre las declaraciones de Fernando Rule y del ataque de género que sufrieron nuestras compañeras, no sólo porque el tema de la problemática de género viene siendo abordado en distintas investigaciones, sino porque es un tema que hoy se investiga y trabaja muchísimo.
Pero cuál será la impronta de dolor y de sufrimiento que produce saber que no sólo torturaron y asesinaron, sino que violaron en forma sistemática, que humillaron a toda una generación de jóvenes a los cuales destruyeron en nombre de la “moral occidental y cristiana”, en nombre de la “fe”, apoyados por la Iglesia institución y con la cobertura y los sueldos de las fuerzas armadas y de seguridad, seguramente estos violadores son excelentes padres, abuelitos lindos y reconocidos por sus familiares escondiendo y guardando muy dentro las atrocidades que cometieron.
Pero, al fin, la verdad empieza a salir a la luz y tenemos que enfrentarla como sociedad para que esto no ocurra “nunca mas”.
* Abogado querellante en el juicio contra represores en Mendoza.