La entrega de los restos de los militantes argentinos José Potenza y Raffaella Filippazi se concretó este viernes en Asunción del Paraguay, luego de 39 años de búsqueda tras ser desaparecidos por el Plan Cóndor de las dictaduras de Suramérica.
Los restos de Potenza y Filippzi fueron hallados en fosas de la dictadura (1954-89) de Alfredo Stroessner e identificados el año pasado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf).
Potenza y Filipazzi, cuyas hijas, Silvia y Beatriz, acogen desde este mediodía las urnas con sus restos, compartieron la ceremonia de entrega con las autoridades del Ministerio de Justicia de Paraguay, los embajadores de Argentina, Italia y Uruguay, el hijo de Miguel Soler y la hermana de Cástulo Vera Báez, ambos militantes del comunismo paraguayo que fueron asesinados por el régimen Stronissta.
“No acepto más que me digan que mi mamá ´algo habrá hecho´, porque por ella tuve la fuerza de buscarla ya que ella quería esto: que estemos todos juntos”, definió Ida Beatriz García, mientras sostenía en las manos un pequeño ajuar de cuero grabado en el que las autoridades paraguayas le restituyeron las joyas que su madre llevaba puesta cuando fue encontrada en una fosa de la Policía Nacional del país vecino.
“Aun hay muchas personas que esperan y hoy recuperé a mi mamá, pero me falta que muchas personas digan donde están nuestros seres queridos, para traer paz, incluso a ellos mismos”, precisó la mujer, mientras Elena, su hija mayor, postuló en llanto desde el palco “la abuela está viva!”, en tanto sostenía su retrato envuelto en una bandera de Italia.
A su vez, Silvia, la hija de José Potenza, manifestó emocionada que su padre “no fue un papá ideal, como uno se lo imagina, cariñoso, sino que mi papá era un soñador que salió de su casa para ir a luchar por los hijos de otros”.
“Lo busqué diez años, pero bajé los brazos y hoy ocurrió un milagro que puso luz a tanta oscuridad y ya no nos da miedo”, sostuvo Silvia, quien anunció que los restos del ex empleado legislativo descansarán en la provincia de San Luís, donde ella vive.
El responsable del equipo de búsqueda en Paraguay, actual director nacional de Memoria Histórica, Rogelio Goiburú, se refirió particularmente a que “el Estado es responsable a pesar de la pereza y su responsabilidad política, ya que heredó estos crímenes y los debe resolver”.
Goiburú recordó que “ayer se cumplieron 40 años de la desaparición de mi padre en Argentina” y ubicó en su sensación personal la entrega de hoy como un homenaje “y el resultado de un esfuerzo colectivo”.
“En pleno epicentro de las dictaduras militares, frente a estados terroristas tan crueles y asesinos la lucha era por la memoria de los compañeros caídos, en la transición a la democracia vino la lucha por la verdad para saber quiénes fueron los perpetradores de los crímenes y sus víctimas y hoy es el tiempo de Justicia, a la que hay que sostener porque es la única manera de garantizar que hoy y en el futuro haya memoria y verdad”, sostuvo, como uno de los iniciadores de la búsqueda de Filipazzi, el ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassel.
Por su parte, el fiscal federal de Corrientes, Flavio Ferrini, quien encaró la investigación de búsqueda, subrayó “los puntos en común” con Paraguay “que tienen que ver con la necesidad de políticas de estado definidas para la búsqueda de desaparecidos, y que permitan una coordinación en conjunto con otros países".
“Eso hasta ahora no se hizo mas allá de los esfuerzos de los organismos de Derechos Humanos, los familiares e instituciones con la vocación de brindar su voluntad”, remarcó el representante del ministerio público.
El embajador argentino en Paraguay, Eduardo Zuain, calificó a la entrega como “un evento de una gran significación histórica para la Argentina pero también para la región, ya que así como hubo un Plan Cóndor donde las dictaduras del continente coordinaron la violación masiva de los Derechos Humanos, hoy podemos decir que las democracias están coordinadas e integradas en no repetir lo ocurrido en esos años”.
“Las naciones están unidas en el esfuerzo de crear memoria, conciencia para que esto no vuelva a ocurrir nunca más en nuestro continente y rescatar los valores de verdad, justicia, reparación y memoria”, dijo Zuain a Telam.
Vale señalar que, mientras Filipazzi y Potenza fueron secuestrados el 26 de junio de 1977 en el hotel Hermitage de Montevideo, Vera Báez y Soler, quien fuera secretario general del Partido Comunista paraguayo, desaparecieron en la Argentina y sus restos serán inhumados en el país vecino en panteones familiares.
En tanto que es la primera vez desde la reinstauración de la democracia en Paraguay que se logra la identificación de militantes desaparecidos, de más de 500 denuncias de desapariciones forzadas que se extienden hasta la actualidad, de los cuales 36 cuerpos han sido exhumados, principalmente en predios de la Policía Nacional.
Los restos de Potenza y Filippzi fueron hallados en fosas de la dictadura (1954-89) de Alfredo Stroessner e identificados el año pasado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf).
Potenza y Filipazzi, cuyas hijas, Silvia y Beatriz, acogen desde este mediodía las urnas con sus restos, compartieron la ceremonia de entrega con las autoridades del Ministerio de Justicia de Paraguay, los embajadores de Argentina, Italia y Uruguay, el hijo de Miguel Soler y la hermana de Cástulo Vera Báez, ambos militantes del comunismo paraguayo que fueron asesinados por el régimen Stronissta.
“No acepto más que me digan que mi mamá ´algo habrá hecho´, porque por ella tuve la fuerza de buscarla ya que ella quería esto: que estemos todos juntos”, definió Ida Beatriz García, mientras sostenía en las manos un pequeño ajuar de cuero grabado en el que las autoridades paraguayas le restituyeron las joyas que su madre llevaba puesta cuando fue encontrada en una fosa de la Policía Nacional del país vecino.
“Aun hay muchas personas que esperan y hoy recuperé a mi mamá, pero me falta que muchas personas digan donde están nuestros seres queridos, para traer paz, incluso a ellos mismos”, precisó la mujer, mientras Elena, su hija mayor, postuló en llanto desde el palco “la abuela está viva!”, en tanto sostenía su retrato envuelto en una bandera de Italia.
A su vez, Silvia, la hija de José Potenza, manifestó emocionada que su padre “no fue un papá ideal, como uno se lo imagina, cariñoso, sino que mi papá era un soñador que salió de su casa para ir a luchar por los hijos de otros”.
“Lo busqué diez años, pero bajé los brazos y hoy ocurrió un milagro que puso luz a tanta oscuridad y ya no nos da miedo”, sostuvo Silvia, quien anunció que los restos del ex empleado legislativo descansarán en la provincia de San Luís, donde ella vive.
El responsable del equipo de búsqueda en Paraguay, actual director nacional de Memoria Histórica, Rogelio Goiburú, se refirió particularmente a que “el Estado es responsable a pesar de la pereza y su responsabilidad política, ya que heredó estos crímenes y los debe resolver”.
Goiburú recordó que “ayer se cumplieron 40 años de la desaparición de mi padre en Argentina” y ubicó en su sensación personal la entrega de hoy como un homenaje “y el resultado de un esfuerzo colectivo”.
“En pleno epicentro de las dictaduras militares, frente a estados terroristas tan crueles y asesinos la lucha era por la memoria de los compañeros caídos, en la transición a la democracia vino la lucha por la verdad para saber quiénes fueron los perpetradores de los crímenes y sus víctimas y hoy es el tiempo de Justicia, a la que hay que sostener porque es la única manera de garantizar que hoy y en el futuro haya memoria y verdad”, sostuvo, como uno de los iniciadores de la búsqueda de Filipazzi, el ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassel.
Por su parte, el fiscal federal de Corrientes, Flavio Ferrini, quien encaró la investigación de búsqueda, subrayó “los puntos en común” con Paraguay “que tienen que ver con la necesidad de políticas de estado definidas para la búsqueda de desaparecidos, y que permitan una coordinación en conjunto con otros países".
“Eso hasta ahora no se hizo mas allá de los esfuerzos de los organismos de Derechos Humanos, los familiares e instituciones con la vocación de brindar su voluntad”, remarcó el representante del ministerio público.
El embajador argentino en Paraguay, Eduardo Zuain, calificó a la entrega como “un evento de una gran significación histórica para la Argentina pero también para la región, ya que así como hubo un Plan Cóndor donde las dictaduras del continente coordinaron la violación masiva de los Derechos Humanos, hoy podemos decir que las democracias están coordinadas e integradas en no repetir lo ocurrido en esos años”.
“Las naciones están unidas en el esfuerzo de crear memoria, conciencia para que esto no vuelva a ocurrir nunca más en nuestro continente y rescatar los valores de verdad, justicia, reparación y memoria”, dijo Zuain a Telam.
Vale señalar que, mientras Filipazzi y Potenza fueron secuestrados el 26 de junio de 1977 en el hotel Hermitage de Montevideo, Vera Báez y Soler, quien fuera secretario general del Partido Comunista paraguayo, desaparecieron en la Argentina y sus restos serán inhumados en el país vecino en panteones familiares.
En tanto que es la primera vez desde la reinstauración de la democracia en Paraguay que se logra la identificación de militantes desaparecidos, de más de 500 denuncias de desapariciones forzadas que se extienden hasta la actualidad, de los cuales 36 cuerpos han sido exhumados, principalmente en predios de la Policía Nacional.