El tribunal oral federal de Santiago del Estero resolvió ayer condenar a prisión perpetua a los represores santiagueños, los ex comisarios Musa Azar, Tomas Miguel Garbi y Ramiro López Veloso, por el asesinato del estudiante universitario Cecilio Kamelezky durante la última dictadura militar.
El máximo tribunal, integrado por Josefina Curi, que lo presidía y las camaristas Marina Cossio de Mercau y Graciela Fernández Vecino, encontró culpables a los ex comisarios de los delitos de "allanamiento ilegal, privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio agravado" de Kamenetzky.
En el caso de López Veloso, la sentencia lo indica como "autor material" de los disparos de arma de fuego realizados a corta distancia que terminaron la vida con el estudiante de 18 años que cursaba el primer año de abogacía en la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE.
Para los tres represores condenados, que dirigían el Departamento Informaciones Policiales la justicia federal ordenó que la condena se cumpla en una cárcel común, en este caso en el Penal Federal de Colonia Pintos, ubicado a 48 kilómetros al sur de la capital santiagueña.
En el caso del "temible" Musa Azar, que se encuentra alojado en una sala del Hospital Independencia, ubicado frente al edificio del Juzgado Federal de Santiago del Estero, se aguardaba que en las próximas horas sea trasladado a la prisión federal, en la que permanecen detenidos Garbi y López Veloso.
Durante la lectura de la sentencia, los represores no ingresaron a la sala repleta de familiares de desaparecidos y dirigentes de organizaciones de derechos humanos y optaron por seguir el tramo final del juicio en una sala contigua y a través de un circuito cerrado de televisión.
En la misma causa, también se encuentran procesados los ex militares Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y Domingo Bussi, que serán juzgados en otra instancia.
Asimismo, el máximo tribunal informó que el martes 9 se darán a conocer los fundamentos de la sentencia, que ayer fue dictada en presencia del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luís Duhalde, acompañado del subsecretario de la misma cartera, Luís Alem.
Durante la ronda de alegatos, las partes querellantes y el fiscal Gustavo Gimena, coincidieron en solicitar una condena de "prisión perpetua de cumplimiento efectivo en una cárcel común e inhabilitación absoluta" por considerar que los delitos imputados "quedaron plenamente demostrados" en el juicio oral y público.
Para los querellantes, los represores del Departamento de Informaciones Provinciales (DIP) "formaban parte de una empresa criminal conjunta que ingresaba y sacaba presos políticos de la cárcel sin orden judicial, manejando todo en forma clandestina e ilegal".
Por su parte, los abogados defensores de Azar, Garbi y López Veloso, habían pedido la absolución de los represores por interpretar que las acusaciones "fueron presunciones, en un manto de dudas y sin certezas".
En la misma sentencia, el tribunal resolvió no hacer lugar al planteo de prescripción penal y de inconstitucional realizado por los representantes legales de los represores, que hicieron reserva del caso federal.
Kamenetzky fue asesinado en la madrugada del 13 de noviembre de 1976, en un cuestionado intento de fuga, tras permanecer más de cuatro meses detenido en el Penal de Varones y en la DIP que dirigía Musa Azar, secundado por Garbi, dependencia en la que permaneció alojado 22 días antes de ser indagado por el ex juez Liendo Roca.
Adela Kamenetzky, hermana de la víctima, aseguró que "por fin se hizo justicia, ahora mi hermano podrá descansar en paz" y pidió el acompañamiento de los santiagueños "para seguir juzgando y castigando a los responsables de delitos de lesa humanidad".
El grito de "asesinos..asesinos" y el cántico "a dónde vayan los iremos a buscar", acompañó la salida de los represores condenados, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que estuvo a cargo de Gendarmería Nacional y Policía Federal.
El máximo tribunal, integrado por Josefina Curi, que lo presidía y las camaristas Marina Cossio de Mercau y Graciela Fernández Vecino, encontró culpables a los ex comisarios de los delitos de "allanamiento ilegal, privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio agravado" de Kamenetzky.
En el caso de López Veloso, la sentencia lo indica como "autor material" de los disparos de arma de fuego realizados a corta distancia que terminaron la vida con el estudiante de 18 años que cursaba el primer año de abogacía en la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE.
Para los tres represores condenados, que dirigían el Departamento Informaciones Policiales la justicia federal ordenó que la condena se cumpla en una cárcel común, en este caso en el Penal Federal de Colonia Pintos, ubicado a 48 kilómetros al sur de la capital santiagueña.
En el caso del "temible" Musa Azar, que se encuentra alojado en una sala del Hospital Independencia, ubicado frente al edificio del Juzgado Federal de Santiago del Estero, se aguardaba que en las próximas horas sea trasladado a la prisión federal, en la que permanecen detenidos Garbi y López Veloso.
Durante la lectura de la sentencia, los represores no ingresaron a la sala repleta de familiares de desaparecidos y dirigentes de organizaciones de derechos humanos y optaron por seguir el tramo final del juicio en una sala contigua y a través de un circuito cerrado de televisión.
En la misma causa, también se encuentran procesados los ex militares Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y Domingo Bussi, que serán juzgados en otra instancia.
Asimismo, el máximo tribunal informó que el martes 9 se darán a conocer los fundamentos de la sentencia, que ayer fue dictada en presencia del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luís Duhalde, acompañado del subsecretario de la misma cartera, Luís Alem.
Durante la ronda de alegatos, las partes querellantes y el fiscal Gustavo Gimena, coincidieron en solicitar una condena de "prisión perpetua de cumplimiento efectivo en una cárcel común e inhabilitación absoluta" por considerar que los delitos imputados "quedaron plenamente demostrados" en el juicio oral y público.
Para los querellantes, los represores del Departamento de Informaciones Provinciales (DIP) "formaban parte de una empresa criminal conjunta que ingresaba y sacaba presos políticos de la cárcel sin orden judicial, manejando todo en forma clandestina e ilegal".
Por su parte, los abogados defensores de Azar, Garbi y López Veloso, habían pedido la absolución de los represores por interpretar que las acusaciones "fueron presunciones, en un manto de dudas y sin certezas".
En la misma sentencia, el tribunal resolvió no hacer lugar al planteo de prescripción penal y de inconstitucional realizado por los representantes legales de los represores, que hicieron reserva del caso federal.
Kamenetzky fue asesinado en la madrugada del 13 de noviembre de 1976, en un cuestionado intento de fuga, tras permanecer más de cuatro meses detenido en el Penal de Varones y en la DIP que dirigía Musa Azar, secundado por Garbi, dependencia en la que permaneció alojado 22 días antes de ser indagado por el ex juez Liendo Roca.
Adela Kamenetzky, hermana de la víctima, aseguró que "por fin se hizo justicia, ahora mi hermano podrá descansar en paz" y pidió el acompañamiento de los santiagueños "para seguir juzgando y castigando a los responsables de delitos de lesa humanidad".
El grito de "asesinos..asesinos" y el cántico "a dónde vayan los iremos a buscar", acompañó la salida de los represores condenados, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que estuvo a cargo de Gendarmería Nacional y Policía Federal.
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