Un ciudadano boliviano vinculó hoy en un juicio por delitos de lesa humanidad a la dictadura de Hugo Banzer con la adopción ilegal de una argentina que nació hace 33 años en una cárcel clandestina de las afueras de Buenos Aires y que fue entregada a un cantante de tangos.
El testimonio correspondió a Roger Soruco, hijo de quien fuera cónsul boliviano adjunto en la ciudad de La Plata entre 1976 y 1978, al declarar en la tercera audiencia del juicio que se sigue contra Omar Alonso, padre de adoptivo de Natalia Suárez Nelson, y el ex marino Juan Herzberg, acusado de ser quien entregó a la bebé en 1977.
Soruco comentó que en la década de los setenta fue a buscar a su padre a un asado "en el que se homenajeaba a Banzer (1971-1978)" en la casa de Alonso y "entre los asistentes estaban el cónsul Eduardo Banzer Ojopi, primo del dictador, y Herzberg".
El testigo definió este asado como "una comida íntima en la que destacaba la presencia de una menor y en un momento hubo alguien que comentó 'ésta es la niña'".
Soruco sostuvo que las reuniones entre Eduardo Banzer Ojopi, Alonso y Herzberg eran "habituales" y subrayó que posiblemente fue el funcionario consular "quien presentó" a las dos personas que actualmente son juzgadas por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Al aludir a su padre, del mismo nombre, el boliviano dijo que antes de morir le confesó que "la hija que tiene Alonso se la entregó Herzberg, envuelta en un capote negro de la Marina".
En la primera audiencia del juicio, hace una semana, Natalia Suárez Nelson acusó a su apropiador de haber obstaculizado la posibilidad de conocer su verdadera identidad.
La joven, que fue la primera víctima de apropiación cuyo caso la Justicia esclareció con métodos de identificación de ADN alternativos a la extracción de sangre, aseguró también que Alonso "amenazaba" a su madre adoptiva, a quien desligó de toda responsabilidad, para que no le dijera la verdad.
Natalia relató además que se enteró de que no era hija biológica de los Alonso cuando su padre fue detenido por primera vez, en 1993.
Explicó que seis años después Herzberg fue a su casa y le "pidió perdón llorando".
"Cuando le pregunté quiénes eran mis padres me dijo que sólo lo sabía un comisario, pero que no me preocupara por buscarlos porque estaban muertos", recordó.
La joven, hija de María Corvalán y Mario Suárez Nelson, ambos desaparecidos durante la última dictadura argentina (1976-1983), acusó a Alonso de "esconder las citaciones judiciales" para evitar que ella se sometiera a exámenes genéticos.
En la audiencia del lunes pasado también declaró Omar Alonso, quien confesó haber anotado a Natalia como hija biológica, aunque aseguró desconocer que era hija de desaparecidos.
El expediente se inició en agosto de 1985, cuando Alonso y su esposa armaron un relato ficticio sobre el supuesto nacimiento de su hija y se opusieron a las pericias científicas que podrían haber determinado la verdadera identidad de la joven.
En 1986, el matrimonio se fue con la niña a Paraguay y siete años más tarde Alonso fue detenido en una de sus visitas a La Plata, aunque la Justicia sobreseyó el caso por falta de pruebas.
En 1996 fue extraditada su esposa, que también estuvo detenida y posteriormente fue liberada.
Sin embargo, en 2003 la causa se reabrió en el fuero federal y en 2005 el juez Arnaldo Corazza allanó la casa de los Alonso a los fines de "incautarse de muestras alternativas" para extraer ADN de Natalia, que un año después conoció su verdadera identidad.
El testimonio correspondió a Roger Soruco, hijo de quien fuera cónsul boliviano adjunto en la ciudad de La Plata entre 1976 y 1978, al declarar en la tercera audiencia del juicio que se sigue contra Omar Alonso, padre de adoptivo de Natalia Suárez Nelson, y el ex marino Juan Herzberg, acusado de ser quien entregó a la bebé en 1977.
Soruco comentó que en la década de los setenta fue a buscar a su padre a un asado "en el que se homenajeaba a Banzer (1971-1978)" en la casa de Alonso y "entre los asistentes estaban el cónsul Eduardo Banzer Ojopi, primo del dictador, y Herzberg".
El testigo definió este asado como "una comida íntima en la que destacaba la presencia de una menor y en un momento hubo alguien que comentó 'ésta es la niña'".
Soruco sostuvo que las reuniones entre Eduardo Banzer Ojopi, Alonso y Herzberg eran "habituales" y subrayó que posiblemente fue el funcionario consular "quien presentó" a las dos personas que actualmente son juzgadas por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Al aludir a su padre, del mismo nombre, el boliviano dijo que antes de morir le confesó que "la hija que tiene Alonso se la entregó Herzberg, envuelta en un capote negro de la Marina".
En la primera audiencia del juicio, hace una semana, Natalia Suárez Nelson acusó a su apropiador de haber obstaculizado la posibilidad de conocer su verdadera identidad.
La joven, que fue la primera víctima de apropiación cuyo caso la Justicia esclareció con métodos de identificación de ADN alternativos a la extracción de sangre, aseguró también que Alonso "amenazaba" a su madre adoptiva, a quien desligó de toda responsabilidad, para que no le dijera la verdad.
Natalia relató además que se enteró de que no era hija biológica de los Alonso cuando su padre fue detenido por primera vez, en 1993.
Explicó que seis años después Herzberg fue a su casa y le "pidió perdón llorando".
"Cuando le pregunté quiénes eran mis padres me dijo que sólo lo sabía un comisario, pero que no me preocupara por buscarlos porque estaban muertos", recordó.
La joven, hija de María Corvalán y Mario Suárez Nelson, ambos desaparecidos durante la última dictadura argentina (1976-1983), acusó a Alonso de "esconder las citaciones judiciales" para evitar que ella se sometiera a exámenes genéticos.
En la audiencia del lunes pasado también declaró Omar Alonso, quien confesó haber anotado a Natalia como hija biológica, aunque aseguró desconocer que era hija de desaparecidos.
El expediente se inició en agosto de 1985, cuando Alonso y su esposa armaron un relato ficticio sobre el supuesto nacimiento de su hija y se opusieron a las pericias científicas que podrían haber determinado la verdadera identidad de la joven.
En 1986, el matrimonio se fue con la niña a Paraguay y siete años más tarde Alonso fue detenido en una de sus visitas a La Plata, aunque la Justicia sobreseyó el caso por falta de pruebas.
En 1996 fue extraditada su esposa, que también estuvo detenida y posteriormente fue liberada.
Sin embargo, en 2003 la causa se reabrió en el fuero federal y en 2005 el juez Arnaldo Corazza allanó la casa de los Alonso a los fines de "incautarse de muestras alternativas" para extraer ADN de Natalia, que un año después conoció su verdadera identidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario